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UTAH: El arte de amar jamás se aprende

Nieve, snowboard, una relación que no cuajó y dos años de soltería pura, logran el mejor pretexto para festejar y el destino fue Utah, USA.

Cuando alguien no te pela, lo mejor que puedes hacer es tomar tu maleta, empacar un par de calzones (si te gusta usarlos) y lanzarte a conocer algo nuevo, algo que no hayas descubierto…

En esta ocasión (ya que son muchas las veces que no me han pelado) decidí descubrir y aprender algo diferente. El lugar, un pueblo alejado al sur de Utah en Estados Unidos llamado Cedar City: un pueblo pequeño y con una población inferior a los 30 mil habitantes (si quieres ligar, este no es el lugar). La mayoría de ellos mormones (este dato es importante por algunas razones que explicaré mas adelante).

El lugar es famoso, entre los locales, por su cercanía a Brian Head, un sitio increíblemente maravilloso para realizar ski y snowboard. Y, además, es el lugar perfecto si tu presupuesto no es tan amplio como para ir a Salt Lake city u otros lugares mundialmente famosos para los que practican estos deportes.

El primer día llegamos a Las Vegas ya que era mucho más fácil volar desde México (cualquier excusa es buena) y desde aquí nos trasladamos en auto hasta Cedar City. Road Trip Alert! Y como lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas, no entraré en detalles sobre lo sucedido en esta ciudad surrealista a la mitad del desierto.

Manejamos dos horas hasta Cedar, cada minuto la temperatura bajaba más y más. En la última parada antes de llegar paramos en un Walmart para comprar víveres (alcohol) pues al ser un pueblo mayoritariamente mormón, el precio del alcohol es muy alto (les dije que este dato era importante). Nos preparamos para los siguientes seis días y continuamos el viaje. Al llegar, la naturaleza nos dio una sorpresa increíble al recibirnos con una nevada de película. Las ganas de aprender a esquiar y a ‘snowbordear’ aumentaron al instante.

Al despertar, jugamos en la nieve e hicimos angelitos, guerra de bolas y otras recreaciones típicas de niños de 10 años (esta puede ser una de las razones por la que sigo soltero). Tomamos el coche camino a Sports Authority para poder rentar el equipo necesario para ambos deportes y ahí, con algunos pocos (muchos) dólares salimos armados para nuestra primera clase.

Ahora sí, a rodar hasta Brian Head.

El camino blanco, las montañas llenas de árboles y venados que se asoman casuales en la carretera, hacían que mi adrenalina por bajar y empezar, fuera en ascenso. Al llegar, mi primera green line (el lift mas pequeño para que los niños aprendan, sí me seguía sintiendo un niño) me estaba esperando. Lo que puedo contar de mi primera lección se resume a: un culo mojado, golpes y moretones. Terminamos a la cinco de la tarde y paramos en la cafetería del lugar para beber Dr Pepper y comer hamburguesas. Teníamos que recobrar las calorías perdidas.

Por la noche, más que fiesta hay tranquilidad; después de un día entero de esquiar y hacer snowboard, la gente termina rendida y lo único que quiere es dormir para despertar y hacer lo mismo una y otra vez (mi tinder obviamente estaba muerto y con frío, como el pueblo). Decidimos ir al cine, un pequeño teatro en donde el mismo que vende los boletos es el que atiende la fuente de sodas (si quieres sentirte en la película de Vaselina, esta es la oportunidad). Reímos y pasamos un rato agradable entre amigos, palomitas, chocolates y refrescos.

Los días siguientes fueron básicamente la misma rutina, con algunos cambios como la cena increíble en Sonny Boy’s (costillas gordas y buenísimas que te reponen de todo el ejercicio hecho) y los cafés y galletas mañaneras de Grind Coffee House (las galletas más ricas de la vida).

Al final de este viaje puedo decir que aprendí snowboard. ¿Souvenirs? Algunas contracturas (nada de que preocuparse).

En resumen: una semana de ejercicio, nieve, risas y amigos. Me olvidé de las dates, relaciones y la posibilidad de terminar con la soltería en algún momento. Creo que este viaje fue perfecto para enfocarme en mí, en mis mejores amigos, en seguir divirtiéndome como niño y en hacer ejercicio para estar cada vez más bueno: Auto-justificación (también es uno de los aprendizajes).

¿Cómo llegué?

Volé con Volaris desde la CDMX a Las Vegas.

Road Trip desde Las vegas hasta Cedar City

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